NO TEMAN LOS HOMBRES​

claudio valerio_2017​Por Claudio Valerio – Debemos cuidarnos de aquellos que intenten destruir nuestras almas, y confiar en Dios, quien se preocupa por nosotros.

Todos queremos aceptar el bien y huir de todo aquello que es malvado. Cuando experimentamos un mal, nos entristecemos y queremos liberarnos de esa tristeza. Tiene sentido que busquemos deshacernos de ese sentimiento. El miedo y la ansiedad provienen de un deseo desmesurado de escapar de la dificultad que enfrentamos o de alcanzar la meta que esperábamos.
Siempre que sienta​n una necesidad apremiante de hacer un bien o de escapar de cierta intranquilidad, debe​n asegurarse de que ​tu mente esté tranquila y en paz. Cuando te des cuenta de que estás ansiosos, preséntate ante Dios. Decídete a no ceder ante sus deseos hasta que la paz haya retornado a tu mentes. Asegúrate de hacer juicios sólo cuando te hayan serenado y con base en los verdaderos valores incluidos en las enseñanzas de Jesús. Entonces intenta, sin apuros, sin molestias o ansiedad, lograr lo que deseas. Actúa, pero no conforme a lo que deseas sino con base en la razón.

Cuando intentemos escapar de nuestros problemas, debemos hacerlo con paciencia, gentileza y calma. Debemos recurrir a Dios para que nos ayude, en lugar de depender sólo de nuestros propios esfuerzos. Si recurrimos solamente a nosotros mismos, lo único que lograremos es desgastarnos.
Camine​mos humildemente por la senda que nos indica nuestro Señor y no ​no​s preocupemos. Cantemos canciones de agradecimiento. Participemos en una variedad de actividades saludables. También tengamos en cuenta que el contarle a nuestro confesor o a otra persona de confianza las causas de nuestra ansiedad nos empoderará para que podamos hallar sosiego.

Si nos mantenemos orientados al amor de Dios, ni los problemas ni el miedo a problemas futuros nos separarán de Él. Nuestro amor se fundamenta en Jesucristo, Quien cuida de nosotros y nunca nos traiciona. Verdaderamente, es enorme la confianza que nuestro ​Dios desea que tengamos en Sus cuidados. Todos los que creamos en esa confianza cosechan grandes frutos.

Porque te agitas y confundes por los problemas que te trae la vida?

​Déjame controlar todas las cosas e irán tornándose mejores. Cuando te entregues totalmente a Mí, todas las cosas  serán  resueltas  con tranquilidad de acuerdo a mis planes.

No te  frustres, no me ores como apresurándome, como si quisieras forzarme  a realizar tus planes.​ En lugar de eso, cierra los ojos de tu alma y con paz dime; Jesús, yo confío en ti.