Por Daniel A. Vogel | DIRECTOR – En el 2018 que se va, se cumplieron 35 años de la recuperación de nuestra democracia. ¿Ella está aún en deuda? Sí, pero…
Pero, sin dudas que, si analizamos desde su intempestiva y casi obligada instauración por fracaso militar y reclamo del pueblo pre y post guerra (1983), los avatares y vaivenes económicos sufridos, éstos han lacerado el estatus de vida de la gran mayoría del pueblo argentino.
Y no me refiero solamente a los trabajadores/jubilados que son quienes padecen con mayor intensidad los distintos sube y baja de nuestra economía, ahora nuevamente entre las peores del planeta, sino que también incluyó a la Clase Media, la que mayor daño le fue infringido desde la llegada de la democracia con Alfonsín en el poder.
Estimo que nuestro prestigio nacional, la inclusión en el mundo, fue quebrado no desde que llegó este, el más libre de los sistemas de gobierno que conoce la humanidad; el democrático.
Sino después del 2 de abril de 1982, y aunque quisimos pegar con esfuerzo de cuanto gobierno elegimos, el cristal de la copa fue roto, al declararle la guerra a una de las potencias mundiales. Y estamos desde entonces, en caída libre, pagando sus consecuencias.
La economía, como quedó demostrado con la llegada al poder del primer presidente rico en nuestra historia (Mauricio Macri) no la maneja ni un rico, ni sus amigos ricos (los inversores).
Señores, la economía del mundo la manejan unos señores poderosos que no son precisamente los que se vinieron a sacar la foto del G20 hace pocos días a Buenos Aires.
Estamos pagando las consecuencias de “haberle mojado la oreja” con una declaración de guerra a una potencia. Nos gusten o no, estos Piratas.
Basta con ver como se nos hunden los viejos submarinos que tenemos o se caen los aviones, para saber que un simple municipio -ni siquiera un país- limítrofe, nos puede invadir y seremos incapaces por falta de aviones, barcos, submarinos y hasta de balas, para defendernos.
El 2018 que termina es muy duro.
El 2019 que se nos avecina es incierto. El 2020 en adelante, dejémoslo ahí…
Mejor, le deseo feliz año nuevo!
AL QUE LE QUEPA EL SAYO...
