¿QUÉ FUE DE LA VIDA DE HUGO LONGÁS?

Por Eduardo Rivas – Si bien en algunos ámbitos, por ejemplo la justicia, el funcionamiento en tríos es productivo para tener pluralidad de opiniones y poder evitar que un empate bloquee el avance de un expediente. En términos generales esto no es así.

No son muchos los deportes en los que los equipos sean de tres personas ni muchas las actividades en que las cosas se resuelvan de a tres, desde el truco gallo a los amores geométricos.

Sin embargo hay quienes creen que ése es el camino y, aun habiendo fallado en experiencias anteriores, insisten en la cuestión. Como ejemplo, el Municipio de Zárate.

Se presentan como equipos de trabajo pero en la práctica son tríos que buscan atacar las principales áreas de intervención de manera homogénea.

El primer caso fue el conformado por Marcelo Schiavoni, Daniel Mautisi y Lorena Mattei, quienes se hicieron cargo de la Secretaría de Salud tras la salida, a escondidas, de Rosana Núñez. Su gestión fue mala. Marcada por la vacunación VIP de funcionarios, familiares y amigos, no supieron estar a la altura de las circunstancias y fueron serviles de ocasión del poder político que subsumió su accionar tras sus intereses. Así por ejemplo nunca dieron explicaciones de las compras directas realizadas en el marco de la emergencia sanitaria, ni del cierre del CEDA y el destino del instrumental y mobiliario comprado para él.

Así fue como poco a poco y en silencio, fueron dando un paso al costado que se pretendió disfrazar pero que, inexorablemente, significaba el desmembramiento del trío. Primero abandonó Mattei, luego Mautisi, finalmente Schiavoni. Se fueron uno a uno en fila india y en silencio.

Frente a esto el Municipio, ahora con Ariel Ríos a la cabeza, decidió volver a insistir en un nuevo trío, creyendo que haciendo las mismas cosas conseguiría otros resultados.

La nueva apuesta fue el terceto de Marcelo Medina, Ariel Enjuto y Hugo Longás.

Hace menos de un mes Ariel Ríos puso en manos de un nuevo trío, que poco o nada conoce Zárate, la salud de los zarateños, y parece ser que como en ocasiones anteriores, comenzaron a salir en fila india.

En su primer mes como parte de la conducción de la Secretaría de Salud local Hugo Longás tuvo una sola intervención pública, el pasado 2 de enero, cuando entre otras cosas afirmó ‘Queríamos ofrecer la posibilidad de más centros, y en eso se está trabajando incansablemente. Y también la idea está en ampliar la franja horaria y la capacidad operativa de la Unidad Sanitaria de Lima. Queremos evitar largas esperas y la complicación de los pacientes’. El tiempo demostró que su propuesta no fue la que las autoridades locales estuvieron dispuestos a llevar adelante.

Las autoridades del área demostraron númerosos fallos en su proceder, y siempre fueron Medina y Enjuto quienes estuvieron dando la cara en esos momentos. Mintieron con las estadísticas, las manipularon y escondieron para influenciar en la opinión pública. Acusaron a medios de antioficialistas. Estuvieron dispuestos a seguir los lineamientos del poder para responder o no, y qué responder a los medios de comunicación locales. Fueron la mano de obra precisa para que desde el área de salud se continuara con una política determinada, la misma política rastrera que viene ejecutándose desde la gestión de Rosana Núñez.

¿Y Longás? ¿Qué fue de la vida de Hugo Longás? ¿Está de vacaciones? ¿Ya no es parte de la Secretaría de Salud local?

Está claro que la política de salud local, aunque pretenda mostrarse diferente, no se decide en el Hospital Intermedio Dr. René Favaloro sino en Rivadavia 751, y no por una cuestión de proyecto político sino porque ‘la política’ no está dispuesta a ceder lugares para el surgimiento de un contrapoder.

Hasta el momento Medina y Enjuto están dispuestos a jugar ese juego, a cambio de un sueldo a fin de mes, bastante desprestigio y vaya uno a saber si algo más.

¿Hugo Longás no estuvo dispuesto y por eso ya no está?