Por Claudio Valerio – ¿Son buenos los probióticos para nosotros? ¿Que es lo que la ciencia opina sobre ellos?… Los probióticos son una especie de “buenas bacterias” que nos proporcionan una gran riqueza de beneficios para la salud. Se encuentran naturalmente en la leche materna y los alimentos fermentados, y constituyen una buena parte de la dieta humana ancestral. Sin embargo, hay una tendencia creciente sobre los productos comerciales que contienen probióticos, y aunque algunos aseguran que es dar un paso hacia delante, otros profesionales muestran su gran preocupación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los probióticos son “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, ofrecen un beneficio para la salud”. El principal problema surge del hecho de que la ingestión de miles de millones de organismos
vivos no significa inherentemente que recibiremos cualquier beneficio para la salud.
Sin embargo, el director del Instituto de Microbiome, Jack Gilbert, destaca la cuestión más preocupante a través de sus publicaciones escritas. “La falta de ensayos clínicos que demuestren eficacia es el principal obstáculo para saber si los probióticos son mejores que las
formulaciones existentes que se han demostrado clínicamente que pueden combatir la diarrea y la atopia. Las afirmaciones de que las mezclas probióticas ayudarán a mejorar la salud en general siguen siendo lamentablemente no probadas “.
Varios estudios han demostrado que hay discrepancias regulares entre el contenido de un producto y los ingredientes mencionados en la etiqueta externa. Es más, este problema es particularmente frecuente cuando se trata de productos que contienen múltiples cepas bacterianas. Por ejemplo, un análisis realizado en 2015 a 16 productos probióticos encontró que el contenido de sólo uno de ellos coincidía perfectamente con lo que se escribió en la etiqueta.
A pesar de que existe una gran proporción de probióticos disponibles comercialmente hacen afirmaciones de salud infundadas, esto no significa que sus beneficios para la salud sean inexistentes. Hay muchas variedades diferentes de probióticos y cada uno actúa de maneras única. Lamentablemente, sin embargo, sólo existe una cantidad muy limitada que se ha demostrado eficaz a través de ensayos clínicos, lo que significa que muchas personas están comprando productos para obtener beneficios que nunca reciben.
Tomemos el yogur como un ejemplo, que contiene típicamente dos cepas dominantes de bacterias, a saber Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. El problema aquí es que ninguno de estos es lo suficientemente resistente como para pasar a través del tracto
gastrointestinal ácido vivo, haciendo sus beneficios esencialmente inútiles. Sin embargo, ciertos tipos de yogures se enriquecen con diferentes cepas, que son capaces de atravesar el tracto gastrointestinal en una sola pieza. Un par de ejemplos son Yakult, que contiene Lactobacilos vivos, y Activia, que contiene bifidobacterias vivas, los cuales si que presentan beneficios.
Mientras tanto, los investigadores han estado descubriendo conexiones entre problemas de salud graves, como el autismo y la enfermedad de Parkinson, y la presencia de bacterias intestinales. También están investigando el impacto potencial que las bacterias intestinales
tienen sobre la eficacia de la medicación y están buscando maneras de usar probióticos para hacer curas a medida para toda una serie de enfermedades, así como para prolongar la vida de los seres humanos.
Sin embargo, por el momento, todos debemos templar nuestro optimismo con una dosis saludable de escepticismo científico. Los probióticos no son ciertamente una “cura-todo” y sería mejor optar por productos diseñados para apuntar a un área específica, en contraposición a aquellos que pretenden promover un bienestar más general.
