Un pueblito andaluz está en guerra con el Louvre por una pieza histórica

Se trata del “Bronce de Lascuta”, una tablilla de bronce de más de 2000 años, que fue hallada en Alcalá de los Gazules y se exhibe en París.

Madrid.- Grecia batalla hace décadas por recuperar los relieves del Partenón que se exhiben en Londres. Egipto hace lo mismo con el célebre busto de Nefertiti que se conserva en el Museo Egipcio de Berlín. Y desde hace unos días, un pequeño pueblo andaluz le declaró una batalla nada menos que al Museo del Louvre para que le “devuelva” el llamado “Bronce de Lascuta”, de más de 2000 años de antigüedad, exhibido en su departamento de Antigüedades Griegas y Romanas.

“No queremos desatar un conflicto diplomático, pero eso es nuestro y nos lo tiene que devolver”, explicó el alcalde al frente de la nueva cruzada, Javier Pizarro.

Lo que está en juego es una tablilla de bronce no más grande que un cuaderno de escuela: 24 por 14 centímetros, con una argolla lateral. Data del año 185 (AC) y constituye el primer registro de escritura en latín arcaico en toda la península. “Una auténtica joya”, dice Pizarro.

El derrotero de la pieza siguió el de muchas otras que hoy se exhiben muy lejos de su lugar de origen. Casi un calco de los reclamos que se hacen a los principales museos del mundo.

En su caso, fue encontrada en lo que hoy se conoce como Alcalá de los Gazules, un pueblo andaluz situado muy cerca de Jerez de la Frontera, en las últimas estribaciones de la Sierra de Cádiz.


Un enjambre de casitas blanquísimas que se escalonan en la ladera del cerro; entre el verde de la sierra y el azul de la costa gaditana que aloja a poco más de 5000 pobladores. En esa región fue hallada la tabla de la disputa.


Decreto liberador

La tabla recoge un decreto romano por el que se liberaba a los habitantes de la zona de la servidumbre a la que estaban obligados por Astiga Regia, una ciudad que se ubicaba cerca de lo que hoy es la de Jerez.

El gesto era un agradecimiento de la autoridad romana por la ayuda de los pueblerinos en la contención de una revuelta contra el imperio con cabecera en Roma.

Como suele pasar en estos casos, durante muchos años la historia cayó en el olvido. Pero en los años ochenta, un afán revisionista la rescató de los archivos e incluso se hicieron algunas gestiones para intentar recuperarla.


“Ya una vez probamos que el Louvre la devolviera. Hicimos un pedido pero lo único que conseguimos fue que nos enviaran una copia”, dijo el alcalde. “Por supuesto, la tenemos en exhibición. Pero nos gustaría tener la verdadera. Primero, porque es de aquí y segundo porque aquí le daríamos el lugar que le corresponde, mientras que en ese museo tan grande la verdad es que pasa inadvertida y nadie le presta mucha atención”, señaló.


Fuente: La Nación