‘CHAU, NO VA MÁS’

Por Eduardo Rivas – Que Zárate ya no es lo que era, nadie tiene dudas, pero no por aquel melancólico tangueril de ‘todo tiempo pasado fue mejor’ sino porque el tiempo actual es malo. Zárate dejó de ser ‘el primer pueblo de la Provincia’ para convertirse en ‘el último del Conurbano’, y no por su pretendida pertenencia al AMBA, al cual no pertenece, sino por sus prácticas, costumbres y vida cotidiana.

Durante el gobierno de Osvaldo Cáffaro Zárate profundizó y agudizó el proceso de conurbanización que comenzó durante el gobierno de Oscar Morano, y tuvo un crecimiento desorganizado y sin planificación, un crecimiento propiamente zarateño, sin reglas y valiendo todo. El surgimiento y crecimiento de barrios sin servicios mínimos ya no es la excepción sino la norma, y a unos cientos de metros, barrios ‘privados’ también sin ciertos servicios, pero con todas las posibilidades económicas de subsanar dicha falta.

Zárate creció por los extremos, por barrios privados de gente con dinero, o sin tanto dinero pero con las aspiración de pertenecer a ese selectivo club, y por barrios privados con condiciones básicas mínimas para vivir.

Excluyendo al conurbano, La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, en términos bonaerenses, son megalópolis. Excluyendo esos distritos, según el último censo, Zárate es el cuarto Distrito de la Provincia en términos poblacionales tras San Nicolás, Tandil, y General Rodríguez. El crecimiento industrial trae aparejado el crecimiento poblacional por la llegada de nuevos empleados de las industrias que se radican, pero también, la llegada de quienes sin expectativas en sus lugares de origen ven en Zárate la posibilidad de paliar un poco sus malas perspectivas. Siempre es más viable subsistir en un distrito grande que en un distrito pequeño. Así entonces comienzan a surgir problemas a los que el gobierno municipal elige no darle respuesta porque no son visibles para la mayoría de los vecinos, porque la mayoría de los vecinos también elige no verlos.

Poco a poco la gente que vive en la calle comenzó a ‘ser parte del paisaje’ de la cual el Estado presente está absolutamente ausente, y es un problema que crece día a día. Basta recorrer, por ejemplo, los cajeros automáticos de la ciudad para ver como sirven de refugio para quienes no tienen más posibilidades que dormir allí o a la intemperie. Por ejemplo el Banco Patagonia, a 120 metros de la plaza principal del Distrito y a 220 metros del Palacio Municipal son varios quienes encuentran cobijo mientras la sociedad y su gobierno municipal los ignoran.

Bueno, los ignoran en las noches frías de invierno, porque cuando llegue el calor seguramente puedan ir a ver básquet al Polideportivo o acercarse al estadio de Defensores Unidos y  ver a los grandes del fútbol argentino… porque mientras hay quienes ‘duermen’ en los recintos de los cajeros automáticos pasando frío, el Estado Presente gasta millones en equipos profesionales de básquet o de fútbol, porque como dijo Albertarrio, es importante difundir la marca Zárate.

Esta es la marca Zárate, la que duele, la de vecinos que la están pasando muy mal mientras todos miran para el costado.

Y mientras esto pasa a un lado del vidrio, del otro, los ‘políticos’ gastando millones en una campaña electoral para convencer, entre otros a quienes duermen dentro de los cajeros automáticos, que los voten.

¿En serio un ciudadano que lleva 15 años y medio de intendente tiene que violar las normas y llenar las calles con su foto para que lo voten?

¿En serio una ciudadana que lleva 2 años de diputada nacional tras 2 años de senadora provincial tiene que violar las normas y llenar las calles con su foto para que lo voten?

¿En serio un ciudadano que lleva 6 años de concejal tiene que violar las normas y llenar las calles con su foto para que lo voten?

¿En serio quienes dicen querer cambiar las cosas hacen impunemente más de lo mismo?

Si necesitan hacerlo es porque no hicieron ni están haciendo bien las cosas y no representan a nadie. Si trabajaron junto a los vecinos, si escucharon sus problemas, si pensaron juntos las soluciones, si los acompañaron en su día a día no necesitan presentarse en sociedad como candidatos, y si necesitan hacerlo es porque no representan a nadie, es que son solo una cáscara vacía en la que se ‘invierten’ millones para fingir algo que no existe.

El dinero que se está gastando en la campaña electoral es obsceno, y sería bueno que todos expliquen de donde sale el dinero que gastan, mientras la situación económica es cada vez peor.

No se solucionarán los problemas que atraviesa Zárate por utilizar para paliarlos lo que se dedica a las campañas electorales pero sería todo un gesto de parte de quienes dicen querer cambiar la realidad. El movimiento se demuestra andando, decía Carlitos Balá.

¿Qué están esperando? El momento de hacerlo es ya.

Dicen que hay imágenes que valen más que mil palabras, 16 años después de gobierno de Osvaldo Cáffaro las consecuencias están a la vista… aunque muchos no las quieran ver…

Ya lo dijeron Homero y Virgilio…

Vivir es cambiar,
en cualquier foto vieja lo verás.
¡Chau, no va más!…

‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’

RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS