Por Sofía Falke – “El camino de la magia -como, en general, el camino de la vida- es y será siempre el camino del misterio” (Paulo Coelho)
Últimamente, me interesa profundamente reflexionar en las formas en las que tenemos todos de volar, de andar por los caminos de la vida. Algunos parece que viviesen para llegar a un determinado lugar, objetivo, para el que realizan la travesía con una mucha presión y casi sin detenerse en el camino, para ver a su alrededor. Otros, pareciera que tienen una vida muy intranquila, con un cierto caos pero igualmente siguen volando con cierta despreocupación. Y hay otros, que viven la vida soñando, con la paz y la tranquilidad de “hacer todo a su tiempo” para que ninguna de las piezas que componen su vida se vean mínimamente afectadas por estrés o algún estado parecido.
Y todos nosotros, con toda nuestras formas de ser y de pensar, vamos tomando caminos diferentes. Algunos queremos llegar lo antes posible al trabajo, otros vamos disfrutando de ir al trabajo, y otros trabajamos desde nuestros hogares. Salimos a correr para hacer deporte, o a caminar para ver las calles con otros ojos, o andar dar en bici sin tener un rumbo establecido. Somos los que manejamos en el carril lento sin apuro alguno, o los que nos acercamos lo más posible a otro auto para hacerle notar que está yendo a baja velocidad y nosotros estamos apurados. Somos los que nos llevamos un libro para leer en la sala de espera, o los que no dejamos de mirar el celular o el reloj calculando cuanto podrá tardar el médico.
Todos somos seres muy diferentes, que pensamos tenemos distintas visiones acerca de las pequeñas y grandes problemáticas o situaciones que se nos presentan.
Elegimos, en cada situación, cómo pararnos frente a lo que pasa alrededor. Decidimos cómo viajar, cómo esperar, cómo crecer, cómo extrañar, cómo amar.
Somos variedad. Por eso me pregunto si finalmente seremos como los pájaros que a menor o mayor distancia unos de otros, vamos todos al mismo lugar. O si también volamos todos juntos y algunos deciden tomar un camino que nos aleja de ellos. Y también me pregunto si volveremos a encontrar a esas personas que fueron cambiando y eligiendo otros caminos, porque creo que los caminos que elegimos nos encuentran con personas que nos eligen, que nos encuentran, y otras con las que nos desencontramos.