DIGNIDAD, ANTES QUE VERLA HUMILLADA

Por Daniel A. Vogel | DIRECTOR – Este domingo es la antesala del día de la bandera, de tu bandera, de mi bandera. Estamos todos transitando en Zárate a los 100 días de la cuarentena que nos impide una celebración tal como acostumbramos hacerla públicamente. Donde henchidos nuestros pechos la juramos defenderla hasta morir, antes que verla humillada.  Acto a esa bandera que se siente en todos los distintos establecimientos educativos, en las distintas entidades donde verla flamear en las frías mañanas del 20 de junio, nos hace sentir orgullo patriótico, siempre.

Este será un Día de la Bandera absolutamente distinto, a 200 años de su creación.

Esa Bandera Celeste y blanca que nos identifica desde los albores mismos de la patria.

Esa Bandera que hoy izamos y que nos ve sumidos en una gran lucha contra un enemigo invisible que, precisamente no tiene bandera.

El COVID-19 nos ha hecho muy vulnerables y el mundo, el planeta padece su amenaza.

Pero, no olvidemos, aunque no tengamos acto público, que allí estaba Manuel Belgrano a orillas del Río Paraná con sus soldados para izarla y enarbolarla, por primera vez.

Estaban para hacer que todos los argentinos para siempre, con o sin Pandemia, ante el flamear de sus paños, con o sin el sol en el medio, sintiesen eterna emoción y patriotismo.

La hora que la miremos firmes, más que nunca despojados de intereses personales, todos juntos y sin color político alguno ni ideología y, nos pongamos de pie.

La hora difícil nos exige como hermanos argentinos a ponernos de pie ante la enseña patria, para honrarla conciudadanos y tras sus colores al viento, va el respeto hermanado a una lucha que debemos ganar.

Debemos pacificar y pacificarnos. A nuestra ciudad y a nuestra patria.

Para ello, hoy mas que nunca es tiempo de pensar en conjunto, es tiempo de pensar en patria, a eso nos debe desafiar la bandera que enarboló Belgrano a orillas del río Paraná y que hoy, a la vera del mismo Río en Zárate deberemos honrar, aunque no haya un acto público como se suele hacer en años sin pandemia.

Esta anormal situación no debe quitarnos ni modificar nuestro amor y respeto por los colores patrios, por el contrario, nos debe llamar a mayor unidad, convocarnos a unidad de todos los habitantes de este suelo para ganar una batalla que, la ganamos entre todos o la perderemos en conjunto.

Debemos sentirnos como hermanos y de honrar nuestro país, con su cultura a cuesta, buscando mayor educación y cumpliendo nuestros sueños, los qué son nada más ni nada menos, que los sueños de nuestros hijos y, sus descendencias, nuestra propia descendencia.

Es la hora de pensar mejor por y para nuestra patria, de darle dignidad. Antes que verla humillada. Feliz Día de la Bandera para todos, aunque estemos en cuarentena.

 AL QUE LE QUEPA EL SAYO…