EL FRAUDE DEL FRAUDE

Por Eduardo Rivas – En los últimos días, fundamentalmente a través de las redes sociales, comenzó a circular la noción de la existencia de fraude en las elecciones del pasado 22 de octubre. Con información aislada, sin rigor estadístico y en muchos casos hasta con groseros errores matemáticos se pretende instalar que los resultados de los últimos comicios no son reales y que hubo trampa en favor del candidato oficialista Sergio Massa.

A tal punto llegó la mentira que la propia Cámara Nacional Electoral difundió un comunicado el pasado 30 de octubre en el que señaló ‘Frente a invocaciones de fraude sin fundamento que en estos días desinforman a la opinión pública y socavan a la democracia como sistema de creencias compartidas -en tanto desconocen que el único escrutinio válido es el definitivo a cargo de la Justicia Nacional Electoral- se vuelve necesario recordar tan trascendente hecho institucional, como un modo de poner de relieve el valor que revisten para la historia de la democracia argentina las elecciones periódicas, libres, transparentes y auténticas’.

Es cierto que hubo errores en la confección de los telegramas que se transmitieron y en la carga de los datos, el primer punto relacionado con la escasa capacitación de quienes emprenden esa tarea que no comprenden que al finalizar la votación llega la etapa, quizás, más importante y están más preocupados en irse que en hacer las cosas como corresponde, y en el segundo por la premura del trabajo a realizar, pero lejos estamos de hablar de un fraude.

El caso más repetido, las mesas que cuentan con 0 votos para Javier Milei, ya que es La Libertad Avanza quien a través de sus seguidores y por las redes sociales enarbola esta afirmación, es algo que ocurrió de manera similar para todos los candidatos. Según explicaron las autoridades, ‘Las 3 principales fuerzas políticas tienen casi el mismo número de mesas sin votos: Juntos por el Cambio (1.675), La Libertad Avanza (1.669) y Unión por la Patria (1.652). Se trata del 1,5% de las poco más de 108 mil mesas en las que se realizó la votación’, ninguna de ellas en Zárate.

Sin embargo se repite hasta el hartazgo que hubo fraude, lo cual es falso.

¿Pero qué hay detrás de esto? Se trata de tener un argumento que esgrimir en caso de derrota, puesto que queda claro que en caso de triunfo no se hablaría de fraude, como no se habló tras las PASO cuando también hubo mesas en las cuales Javier Milei había obtenido 0 votos. Con lo cual lo que se pone en discusión es el propio proceso electoral, lo cual es muy grave.

Se pretende instalar en la sociedad la noción de trampa, de arreglo, algo que ya hemos visto en situaciones anteriores en otros sitios del mundo. Lo hizo Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil, y muchos seguidores de Javier Milei en Argentina importan la receta, la copian y pretenden aplicarla. Aunque en Argentina hay una diferencia, ningún dirigente de renombre de La Libertad Avanza se hizo eco y planteó la posibilidad de fraude… ¿por qué? Porque saben que no lo hubo.

Pero sin embargo dejan que el mito se imponga. El propio Milei afirmó ‘Si no podemos defender los votos, ¿qué vamos a gobernar?, si la gente no aporta su cuota de esfuerzo para acompañar el cambio… las cosas no se cambian desde Twitter’ dando a entender que no es que no haya habido trampa sino que ellos, por falta de control, no la pudieron impedir. Y en su afirmación hay una verdad y una mentira. La verdad es que es cierto, sino tenés gente para fiscalizar la elección, no tenés gente para gobernar, la mentira es que ello haya significado su derrota. Milei perdió porque los mismos que le dieron de comer de su mano ahora le quitaron la comida.

Se sirven de la situación para generar un caldo de cultivo que ponga en duda, en caso de derrota, los resultados electorales, la legitimidad y legalidad de Sergio Massa para encabezar un hipotético gobierno el próximo 10 de diciembre.

En los casos de Estados Unidos y Brasil hubo violencia para saldar la disputa, puesto que quien fue derrotado no aceptó el resultado, denunció un fraude que no se comprobó y estimuló que se impidiera la sucesión presidencial a través del accionar al margen de la ley.

Javier Milei, con su silencio cómplice y sus medias verdades está dando los primeros pasos en ese camino, debe detenerse.

‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’

RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS