ENTRE LA BANDERA Y EL MUNDIAL…

Germany's forward Thomas Mueller (L) and Germany's midfielder Julian Draxler pose with the World Cup trophy after winning the 2014 FIFA World Cup final football match between Germany and Argentina 1-0 following extra-time at the Maracana Stadium in Rio de Janeiro, Brazil, on July 13, 2014. AFP PHOTO / PATRIK STOLLARZ / AFP PHOTO / PATRIK STOLLARZ

foto_radio1Por Daniel A. Vogel | DIRECTOR – En Rosario, a orillas del Río Paraná, el general Manuel Bel-grano la enarbolaba y desde entonces, hace ya 206 años, se despliega al correr del viento mostrando los colores del cielo, nuestra querida Bandera Nacional.

Esa que tiene actos frustrados por la grieta y la rivalidad nacional, que por estos días nos enfrentan.

Germany's forward Thomas Mueller (L) and Germany's midfielder Julian Draxler pose with the World Cup trophy after winning the 2014 FIFA World Cup final football match between Germany and Argentina 1-0 following extra-time at the Maracana Stadium in Rio de Janeiro, Brazil, on July 13, 2014.  AFP PHOTO / PATRIK STOLLARZ / AFP PHOTO / PATRIK STOLLARZ

Excepto que juguemos al fútbol.

Y ahí todo es permisible, en el lugar más lejano del planeta entonces, tras sus colores, los mismos que los de la camiseta nacional, es posible.

Entonces no hay grietas. De todos los clubes juntos, es aceptable ver a boquenses pidiendo por un arquero de River y a los millonarios por un goleador de Boca.

Se canta en un mismo idioma, con la misma “letra” una misma canción… se habla un mismo lenguaje.

¿Qué es lo que hace que nuestras cabezas se abran y en hermandad podamos disfrutar de una competencia deportiva en paz y armonía? y ¿por qué no ocurre lo mismo cuando la competencia es por derechos o economía, o cuando en el medio están presentes intereses políticos?

Es tiempo de hacerle honor a la historia, a los colores, no sólo en una cancha o en torno a una copa mundial. Sino siempre, todos los días.

Hay que dignificar, fronteras adentro, la valorización de las personas, todos hermanos que habitamos este magnífico país al que Dios le ha regalado muchos dones y de los que somos campeones en desmerecer.

AL QUE LE QUEPA EL SAYO…