La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) advirtió que durante este período “suelen evidenciarse episodios de aumento de la presión arterial”.
Jessica Barochiner, vocal de la comisión directiva de SAHA, destacó que “las Fiestas representan un tiempo de celebración, encuentros y comidas compartidas, inspiran proyectos nuevos y abren oportunidades de cambio, pero algunas ocasiones, también pueden acarrear sentimientos de angustia o tristeza por quien ya no está, o temor al encuentro con personas que quizás no queremos ver”.
“Todas estas emociones -buenas y malas- pueden influir en la presión arterial, generando por ejemplo elevaciones transitorias (a veces de gran magnitud) en hipertensos que venían bien controlados”, señaló Barochiner. Por su parte la presidenta de la SAHA, Judith Zilberman, sugirió que el menú de las fiestas “debe incluir múltiples y coloridas ensaladas, que entre otras cosas aportan mucho potasio, que es beneficioso para la presión”. “También podemos experimentar probando diferentes condimentos (como limón, vinagre, aceto balsámico, aceite de oliva y pimienta) en reemplazo de la sal, ya que su consumo elevado resulta nocivo”, destacó Zilberman.
Además, en los festejos de fin de año es muy común bailar durante horas, a veces sin darse cuenta.
“Para quien no está acostumbrado, esto puede ser agotador y generar importantes dolores en músculos y articulaciones, que se notan recién al día siguiente y suelen desalentar la realización de actividad física en forma programada y regular, mucho más útil en cuanto a sus beneficios para la salud. Por lo tanto es importante hacer pausas durante el baile para recuperar el aliento, hidratarse y estirar o elongar los principales músculos que utilizamos al bailar”, indicó Barochiner.